domingo, 16 de septiembre de 2012

15 de septiembre, un día de emociones entre amigos

Crónica de la feria del 15 de septiembre.
En agradecimiento y homenaje a los colaboradores de MEXCAT.

El sol levanta sus primeros rayos al este de Montjuïc, iluminando los primeros recovecos de la Plaça del Marquès de la Foronda. Llegan César y Albert cargando la furgoneta alquilada para ese día, repleta de maletas, banderas, lonas, carpas y otros cachivaches imprescindibles para un largo y provechoso día. Sobre las 7:30 hrs llegan los primeros proveedores, el cuerpo técnico electricista que se encargará de organizar el cableado, el camión con carpas y con el escenario, el transportista del centenar de sillas y de la treintena de mesas, los amigos de la iluminación y megafonía del escenario, las barras y los compañeros de Mexicali... Tres horas en que la feria va tomando cuerpo hasta que empiezan a llegar los primeros tenderos, ya con las carpas montadas. Antes que ninguno, Jesús y Rebeca, ya que a él le toca hacer dos viajes a Terrassa. Poco a poco van llegando los otros, entre ellos los amigos Claudia, Israel, Lydia, Lalo... desde Tarragona. Abrazos y sonrisas. Llegan Carmela, Lebis, Coco, Alejandra, Rosi... amigos fieles.
Al momento, antes de las 11, nos acompañan ya nuestros primeros colaboradores. El matrimonio feliz formado por la secretaria de la junta, Maggie, y el generoso Lander, que no pararán ni un minuto ya hasta las 3 de la madrugada de acompañarnos en esta ardua tarea, animados y con ímpetu. Viene también Karina, con sus piñatas, preparada para colocarlas en la carpa de los colaboradores. Y a los pocos minutos aparecen el rápido Saúl, ya viendo que será un día largo y arqueando las cejas, acompañado del amigo Jose, amigo aragonés con proyectos compartidos.
La feria ya está casi a punto. Maribel, de Mexicali, sonríe y está contenta. Parece que hará un buen día, y ya apresura sus colaboradoras para tener las barras a punto y las bebidas frescas. A las 12 del mediodía, todos a punto. Álex, dicharachero y todo un galán se hará cargo del escenario durante todo el día y apura los últimos segundos antes de empezar la música. Y no tardarán en llegar las todo sonrisas Alisha y Liliana, con ánimos de pasar una buena jornada, a cargo del stand de MEXCAT. Ahí se incorporará la estupenda y generosa Paty, que recién llegada a la asociación se hará cargo de poner la alegría a las primeras horas de la barra de bar. Ángeles no se distraerá al mando del stand de la organización, y también a la hora de comer ya llegará Taty, dispuesta a quedarte hasta la madrugada con muchas ganas de fiesta y trabajo.
Ariel llega con arroz para los artistas, y se incorpora Javier, que no nos dejará hasta las 3 de la madrugada, ya sea con la manos en la nevera o colaborando en escenario.
La hora de la comida es un trabajar incesante. Grandes olas de personas que vienen de Montjuïc se quedan a comer a la feria, y en la barra Jerry y Josep, recién llegados de Roma, se ponen manos a la obra para servir con rapidez a todos los deseosos de una chela, así como para apoyar en camerinos.
Mauricio, miembro de la junta se incorpora a medio trabajo con el Pepino, como siempre con buen tino y consejo, para con las barras y la organización, y al cabo de un rato llegan nuestros buenos amigos Elsa y Leonel, que darán un buen apoyo en las barras, con su experiencia ya en el 2011.
Mientras tanto, Bárbara no descansa con las fotografías, y Malinalli, que ya lleva un buen monto de horas a sus espaldas, irá arriba y abajo coordinando el cátering de los artistas y el stand de MEXCAT. 
Quienes no descansarán un instante son Alexia, Lorena, Jen y Mario, que ágiles y rápidos se harán cargo de cobrar y distribuir. Así como Jovita, que se hará cargo del merchandising de la asociación toda la tarde y noche.
Paralelamente, Luis no dejará ni un instante de hacer reportajes y entrevistas para documentar lo que ocurre, hasta justo el momento en que llegan las primeras autoridades. La junta debe recibirlos, y se reestructuran los colaboradores, apoyando a la barra, que no para.
El Grito resuena por la plaza, y todos los colaboradores de MEXCAT, muchos de los cuales ya llevan diez horas a su espalda, resisten con ánimos para ofrecer a toda la comunidad una feria organizada, divertida, profesional y para todos. Rodolfo nos llega con unas cuantas conchas, que ayudan a reponer fuerzas. Y aún nos quedan cuatro horas, hasta las 12 de la noche, en que se incrementa el paso de visitantes, y en que los rayos del sol empiezan a desaparecer. Se encienden las bombillas, y las fuentes mágicas, y todos ponen su máximo empeño en las horas finales. Lo dan todo. 
Llegan las 12, y algunos se retiran, agotados. Empiezan las horas más duras, de desmontaje, en que salen los moretones más rápidamente, en que el agua de las neveras abunda en el suelo, junto a los despojos de la feria, y en que los restauranteros empiezan a dejar la plaza, después de un día de buen negocio. Los últimos fiesteros se van a sus casa. Quedamos Javier, Alex, Taty, Jerry, Josep, Saul, Jose, Albert, César, Margarita y Lander, que desmontamos carpas, recogemos cajas, recolocamos vallas, se ennegrecen las manos, y los pies ya andan solos. Son las tres de la madrugada. La luna brilla a lo alto, entre nubes. Cargamos la última caja en la furgoneta, y los cinco, nos vamos hacia nuestras casas. 
El traje de Albert ya perdió su brillo, César hace sus últimos esfuerzos para conducir la furgoneta, Maggie sonríe agotada con su sombrero a la moda, Lander aún tiene fuerzas para cargar una última valla, Javier nunca pierde su ánimo y corazón. La fiesta ha llegado su fin.
Y todos los colaboradores, cada uno en su casa, después de un día de trabajo, reposan y descansan sabiendo que, aunque no haya nadie ganado un cinco, han contribuido a que la comunidad disfrute y pase una jornada como si estuviera en nuestra patria, más cerca de México.
Gracias a todos. Sin uds. no lo hubiéramos conseguido.

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