Jorge Juárez, un pianista mexicano en Europa

En esta ocasión entrevistamos a Jorge Juárez, pianista mexicano afincado en Ímola, Italia. Hace unas semanas visitó Barcelona invitado por la escuela JPC de Música, y aprovechó para presentarse también dentro del programa de actividades del Concurs María Canals de Piano. Jorge recibió en 2012 el Premio a la Juventud del Estado de México.

- ¿Es la primera vez que visitas Barcelona, Jorge?

- No, en realidad en 2012 ya estuve en Barcelona gracias al convenio de la escuela JPC de música. Ahora he estado en Barcelona tocando en algunos conciertos y también en la ina

uguración del concurso María Canals.

- ¿Cuando empezaste a tocar?

- Pues a los 11 años. Me regalaron teclado cuando era muy pequeño y después empecé a estudiar y pronto entré en el Conservatorio. Poco a poco empecé a ver que podía dedicarme profesionalmente a ello. Estoy estudiando aún, mi último año para tener la licenciatura. Y vine a Italia.

- ¿Porqué saliste de México?

- Venir a Europa era también una ilusión, empecé a buscar becas y proyectos. Hay un problema educativo en México importante. Lo que ofrece la educación en México, en música clásica, es poco. Si quieres prosperar, hay un momento en que debes ir fuera. Cuando acabé el bachillerato pensé en la Academia Internacional Pianística de Imola. Y ahí fuí.

- ¿Y cómo fueron los inicios en esta escuela?

- Pues tuve que aprender muchísimo. No sabía nada de Europa, no hablaba el italiano... pero me ha ido muy bien en esta escuela. Ahora vivo y estudio en Imola. Sin dejar tampoco el Conservatorio Bruno Maderna, y en el Conservatorio de México.

- ¿Qué pensaste al recibir el Premio a la Juventud en el Edomex?

- Fue un orgullo. Para mi, para mi ciudad, Naucalpan...

- ¿Qué proyectos tienes ahora mismo?

- Pues estamos empezando a posicionarnos como pianistas yo y mi compañera. Ella es una pianista japonesa en la Academia. Estamos viendo de poder hacer un duo reconocido a nivel internacional. Es un proyecto muy ambicioso, muy interesante, y creo que es posible.

- ¿Un duo para dos pianos, o para conciertos a cuatro manos?

- Nos es indiferente. Estamos realizando ambos. No hay un grupo estable de referencia, y queremos convertirnos en ellos.

- ¿Qué compositores te gustan más?

- Me gusta un poco de todo. No tengo un compositor en especial. Me gustan los efectos sonoros, el ritmo... pero también la música emotiva y romántica. Voy cambiando según lo que estudio, ahora mismo estoy estudiando repertorio romántico.

- ¿Y tus maestros?

- He tenido la suerte de trabajar y estudiar con los mejores. Jorge Federico Osorio, que tal vez el pianista mexicano más importante. Arturo Nieto, Héctor Rojas que fue heredero de Manuel M. Ponce y mi maestro en el Conservatorio. Hablando de Ponce, me gustaría tener en repertorio y grabar todos los estudios de concierto de Ponce.

- ¿Qué opinión tienes de los compositores mexicanos?

- Hay muchos compositores de mucha calidad. El propio Ponce, Arturo Márquez, Moncayo, Silvestre Revueltas, Luna...

- Tu compañera es japonesa. Nada que ver los repertorios no?

- Nos hemos dado cuenta que compartimos muchas cosas entre México y Japón. Por ejemplo el sabor agridulce de los Miguelitos. Nos encontramos en una residencia de estudiantes que tiene un ambiente muy internacional. De hecho estamos pensando ofrecer conciertos de música mexicana y japonesa. 

- ¿Como te planteas tu futuro?

- Quiero hacer conciertos por todo el mundo. Tenemos muchos proyectos. Estoy empezando a diseñar una gira en México. La música clásica es muy demandante, intento ser muy perfeccionista. Cada detalle hay que pensarlo, y quiero seguir formándome para alcanzar esta perfección.

-¿Hasta donde quieres llegar?

- Quisiera ayudar a amigos que tengo, pianistas. Me veo también dedicándome a la educación musical, en la que veo muchas lagunas en México. Hay mucho talento, pero hay que canalizarlo. Yo en México me quedé  a un nivel, pero llegando a Europa, a Italia he podido mejorar mucho. Y eso porque en México no había profesores de ese nivel. Si hubiera tenido buenos maestros desde los doce años, hoy tocaría mucho mejor.