jueves, 21 de junio de 2012

Dalí Muñoz presenta este viernes "La Sucrera diabètica"

La mexicana Dalí Muñoz acompañada por Jordi Bertrán y Aurora Poveda nos invitan a participar del espectáculo "La sucrera diabética", que se presenta el próximo viernes 29 de junio en La Casona (Càceres 8, Barcelona, Sants). 
Según nos cuenta ella misma
En estos momentos de crisis económica, social y de valores, el dejar de mirar hacia el pasado, hacia la búsqueda de razones y culpables de nuestros “sufrimientos” actuales para voltear la mirada hacia uno mismo y desde aquí hacia adelante, es fundamental. El espectáculo cuenta con una cuidada puesta en escena: los objetos y la escenografía son reforzados por un delicado tratamiento de la iluminación. El texto, acompañado por los efectos sonoros y la música, conforman una composición muy original. Una puesta en escena de teatro de objetos para todo público con humor y ganas de reírse de sí mismo. Tras una dedicada selección de utensilios cotidianos como tazas, azucareras, tarros, pastelillos, golosinas, mangas de pastelero, sacacorchos, etcétera, y gracias a una amplia investigación, estos objetos serán capaces de reflejarnos la imagen que nuestra protagonista tiene de sí misma y de los demás, todo desde una mesa y con la ayuda de un par de manipuladores. La manipulación, a cargo de Dalí Muñoz, Jordi Bertran* y Aurora Poveda* (*en alternancia), se realiza a vista del espectador. La relación entre manipulador y objeto deriva en una coreografía precisa y sorprendentemente cautivadora.
Los objetos cotidianos que nos acompañan en la mesa del desayuno, nos llevan a reflexionar sobre las imágenes que producimos constantemente acerca de nosotros mismos, de los otros, del mundo como un todo. Imágenes que creamos y en las que después creemos y que eventualmente se vuelven en contra nuestra. En esta puesta en escena, Elena, la Azucarera, nos representa a cualquiera de nosotros. Cree tener una imagen muy clara de quién es y quién no quiere ser, se lamenta por lo que no tiene y suspira por lo que anhela, lucha por mejorar sus condiciones de vida pero siempre encuentra a alguien a quien culpar de su desventura. Sin embargo a Elena, como a muchos de nosotros también, le llega cuando menos se lo espera su “momento crítico” ese momento en el que, o nos matriculamos con honores como “Víctimas perfectas de los demás y de las circunstancias” o reiniciamos nuestras existencias de manera sana, armónica y responsable. 

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