Es probable que en España sean pocos los que conozcan a José Alfredo Jiménez, pero seguro que la gran mayoría ha entonado alguna de sus canciones "...me cansé de rogarle..., me cansé de decirle que yo sin ella de pena muero..."; "no vale nada la vida, la vida no vale nada/comienza siempre llorando y así llorando se acaba", "Con dinero y sin dinero hago siempre lo que quiero y mi palabra es la ley, no tengo trono ni reina, ni nadie que me comprenda, pero sigo siendo el rey"; "corazón, corazón, no me quieras matar corazón, si has pensado dejar mi cariño recuerda el camino donde te encontré si has pensado cambiar tu destino recuerda un poquito quién te hizo mujer".
En México no hace falta el apellido, basta con decir José Alfredo para identificar al rey de las rancheras, al compositor y letrista de las mejores canciones mexicanas. Las canciones de José Alfredo alegran cada fiesta, cada trago, cada amor y cada desilusión sentimental. Cuando hace dos años Joan Manuel Serrat se presentó en el Festival Cervantino de Guanajuato dijo sentirse emocionado y conmovido por cantar en la tierra natal de José Alfredo Jiménez. Recibió una de las ovaciones más cálidas de su vida al interpretar un conocido tema del cantautor. Al gran poeta popular mexicano del siglo XX, tal como lo bautizó el cronista Carlos Monsiváis, le acaban de dedicar un homenaje musical los intérpretes catalanes Carlos Ann y Mariona Aupí. Artistas de España y México, entre los que figuran Enrique Bunbury, Javier Corcobado, Bruno Galindo, Twin Tones, Liber Terán, Tonino Carotone, Leticia Servin, Mercedes Ferrer, sin olvidarnos del argentino Andrés Calamaro, firman el disco "Brindando a José Alfredo Jiménez", en el que recrean clásicos de la canción ranchera como "Si nos dejan", "El rey", "La media vuelta" "El jinete", "Te solté la rienda, "Deja que salga la luna"... Carlos Ann recalca que las rancheras se recrean con "muchos ritmos y estilos como el electrónico, el hillbilly, el jazz, lo experimental y arrabalero, cada quien escogió una canción de Jiménez para hacerla suya". José Alfredo Jiménez nació en 1926 en Dolores Hidalgo, (Guanajuato) y falleció en 1973. Sin educación musical, a los catorce años ya componía canciones, por lo que siempre requería de un músico que trasladara sus melodías al papel pautado. Su producción musical fue extensa. Compuso 236 canciones, que forman parte del repertorio tradicional de los mariachis y que constituyen el mejor legado de la cultura popular mexicana. Grabó 40 discos; dejó 78 temas inéditos, algunos fueron musicalizados por Armando Manzanero. Entre los más de tres mil intérpretes que han dado voz a sus canciones figuran Plácido Domingo, Jorge Negrete, Pedro Infante, Pedro Vargas, Miguel Aceves Mejías, Luis Aguilar, Javier Solís, Vicente Fernández, Lola Beltrán, María Dolores Pradera, Luis Miguel, Julio Iglesias, Chavela Vargas, El Cigala, Joaquín Sabina, Antonio Aguilar, Lucha Villa… La obra de José Alfredo ha sido la cuna en la que artistas como Luis Miguel se han podido consagrar. En una charla con La Vanguardia, José Alfredo Jiménez júnior, hijo del cantante, dice que los temas que grabó su padre siguen vigentes porque son vivencias personales, reflejan su vida. "Mi papá cantó historias verídicas. Siempre me decía, si tú quieres escribir de la feria, ve a la feria. También me comentó que "mis canciones me han dolido mucho". Cantaba de amores y desamores. ¿Quién compone una canción cuando se siente contento?" Criticado por atentar contra los valores familiares con estrofas como "amanecí otra vez entre tus brazos" o "vámonos donde nadie nos juzgue, donde nadie nos diga que hacemos mal", José Alfredo se volvió el compositores más representativo del sentir mexicano. "Mi papá fue censurado en la radio por canciones como la de "Llegó borracho el borracho", otras no se transmitían por eróticas", comenta el hijo del cantautor". Y añade que José Alfredo dio otra proyección a la música mexicana. "Los entendidos dicen que la música mexicana tiene dos épocas, antes y después de José Alfredo. La música que se escribía en los años 40 era muy campirana, reflejaba un México rural, con la casita de paja y el indio dormido con el sarape. Mi papá empieza a componer la canción ranchera, pero más urbana".José Alfredo junior denuncia que el narcocorrido ha prostituido a la canción ranchera. "El narcocorrido no tiene nada que ver con las canciones que escribió mi padre. A la canción mexicana que tiene sus raíces en el mariachi, o en la banda sinaolense, o en nuestra marimba, no le ha afectado tanto. A los grandes capos les encanta la música ranchera, y quieren contratar a sus artistas favoritos, a los intérpretes más conocidos. En tiempos de mi padre el narcotráfico no tenía el poder y el dinero que muestra ahora".
En México no hace falta el apellido, basta con decir José Alfredo para identificar al rey de las rancheras, al compositor y letrista de las mejores canciones mexicanas. Las canciones de José Alfredo alegran cada fiesta, cada trago, cada amor y cada desilusión sentimental. Cuando hace dos años Joan Manuel Serrat se presentó en el Festival Cervantino de Guanajuato dijo sentirse emocionado y conmovido por cantar en la tierra natal de José Alfredo Jiménez. Recibió una de las ovaciones más cálidas de su vida al interpretar un conocido tema del cantautor. Al gran poeta popular mexicano del siglo XX, tal como lo bautizó el cronista Carlos Monsiváis, le acaban de dedicar un homenaje musical los intérpretes catalanes Carlos Ann y Mariona Aupí. Artistas de España y México, entre los que figuran Enrique Bunbury, Javier Corcobado, Bruno Galindo, Twin Tones, Liber Terán, Tonino Carotone, Leticia Servin, Mercedes Ferrer, sin olvidarnos del argentino Andrés Calamaro, firman el disco "Brindando a José Alfredo Jiménez", en el que recrean clásicos de la canción ranchera como "Si nos dejan", "El rey", "La media vuelta" "El jinete", "Te solté la rienda, "Deja que salga la luna"... Carlos Ann recalca que las rancheras se recrean con "muchos ritmos y estilos como el electrónico, el hillbilly, el jazz, lo experimental y arrabalero, cada quien escogió una canción de Jiménez para hacerla suya". José Alfredo Jiménez nació en 1926 en Dolores Hidalgo, (Guanajuato) y falleció en 1973. Sin educación musical, a los catorce años ya componía canciones, por lo que siempre requería de un músico que trasladara sus melodías al papel pautado. Su producción musical fue extensa. Compuso 236 canciones, que forman parte del repertorio tradicional de los mariachis y que constituyen el mejor legado de la cultura popular mexicana. Grabó 40 discos; dejó 78 temas inéditos, algunos fueron musicalizados por Armando Manzanero. Entre los más de tres mil intérpretes que han dado voz a sus canciones figuran Plácido Domingo, Jorge Negrete, Pedro Infante, Pedro Vargas, Miguel Aceves Mejías, Luis Aguilar, Javier Solís, Vicente Fernández, Lola Beltrán, María Dolores Pradera, Luis Miguel, Julio Iglesias, Chavela Vargas, El Cigala, Joaquín Sabina, Antonio Aguilar, Lucha Villa… La obra de José Alfredo ha sido la cuna en la que artistas como Luis Miguel se han podido consagrar. En una charla con La Vanguardia, José Alfredo Jiménez júnior, hijo del cantante, dice que los temas que grabó su padre siguen vigentes porque son vivencias personales, reflejan su vida. "Mi papá cantó historias verídicas. Siempre me decía, si tú quieres escribir de la feria, ve a la feria. También me comentó que "mis canciones me han dolido mucho". Cantaba de amores y desamores. ¿Quién compone una canción cuando se siente contento?" Criticado por atentar contra los valores familiares con estrofas como "amanecí otra vez entre tus brazos" o "vámonos donde nadie nos juzgue, donde nadie nos diga que hacemos mal", José Alfredo se volvió el compositores más representativo del sentir mexicano. "Mi papá fue censurado en la radio por canciones como la de "Llegó borracho el borracho", otras no se transmitían por eróticas", comenta el hijo del cantautor". Y añade que José Alfredo dio otra proyección a la música mexicana. "Los entendidos dicen que la música mexicana tiene dos épocas, antes y después de José Alfredo. La música que se escribía en los años 40 era muy campirana, reflejaba un México rural, con la casita de paja y el indio dormido con el sarape. Mi papá empieza a componer la canción ranchera, pero más urbana".José Alfredo junior denuncia que el narcocorrido ha prostituido a la canción ranchera. "El narcocorrido no tiene nada que ver con las canciones que escribió mi padre. A la canción mexicana que tiene sus raíces en el mariachi, o en la banda sinaolense, o en nuestra marimba, no le ha afectado tanto. A los grandes capos les encanta la música ranchera, y quieren contratar a sus artistas favoritos, a los intérpretes más conocidos. En tiempos de mi padre el narcotráfico no tenía el poder y el dinero que muestra ahora".
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