viernes, 1 de noviembre de 2013

En recuerdo de Ignacio García Prieto, socio de Honor de MEXCAT

Después del inesperado fallecimiento de Ignacio García Prieto, socio de Honor de MEXCAT, este pasado fin de semana, el Teatro Degollado de Guadalajara le dedicó una de las funciones del espectáculo "México de mil colores", que el Ballet Folclórico Guadalajada, de la que era director, estaba preparando para estos días.
La Secretaria de Cultura de Jalisco Dra. Miryam Vachez leyó un mensaje de MEXCAT que se redactó en memoria de García Prieto.

La crónica del evento de este miércoles es de El Informador
Ignacio García Prieto dejó huérfano al Ballet Folclórico de Guadalajara, pero en su despedida no hubo luto negro ni silencioso, sino jolgorio, fiesta y color, mucho color. El otrora director del grupo dancístico fue homenajeado la noche del miércoles con una edición más del último espectáculo que dirigió: "México de mil colores", una apuesta de arte, ritmo, música y tradición. Una larga fila se quedó esperando para ingresar al Teatro Degollado, que además de repleto, estaba jocoso y entusiasmado. 
La velada arrancó con las danzas prehispánicas de Ayahualulco, cuyos pobladores reencarnaron en los bailarines que salieron a escena para reverenciar al dios Ehécatl. El
turno siguió para Yucatán y sus fiestas, con mujeres vestidas de elegantes hipiles, rebozos y joyas para pasearse con canastones de fruta y verdura. Pero antes, una falla técnica en el micrófono de la cantante que precedió a la coreografía, amenazó con ensuciar la impecable presentación de hermosos vestuarios y destreza rítmica. Sólo quedó en amenaza, porque los hombres bravíos, broncos que bailan los "calabaceados" en los rodeos vaqueros de Sonora, fueron a dar prueba de su maestría para triunfar con la mayor cantidad de aplausos y chiflidos, acompañados de un conjunto norteño que tenía un intrépido acordeón. 
La banda y la tambora llegaron en la explosión policromática sinaloense, en un número que llenó al Degollado de carnaval. El número siguiente fue para el son jarocho, una mezcla de aires españoles con influencia de los movimientos tradicionales de la comunidad afrodescendiente que pobló esa región del país, la cual nunca olvidó su historia ni sus raíces. La Llorona, una canción interpretada en distintas lenguas, encarnó a la postre en una mujer con un vestido blanco y un velo que le cubría el rostro. Largas trenzas y sombrero vaquero se mecieron en un popurrí tamaulipeco, donde se apreciaba la absorción de influencias polacas, escocesas y checoslovacas. 
Finalmente, el mariachi fue la entrada triunfal de Jalisco y su esencia charra, icónica de México. Un charro trajo una reata para hacer suertes que emocionaron al público, que después se deleitó con joyas y jarabes tapatíos en una visión multicolor. "Es por ti Nacho", gritó uno de los integrantes del montaje en la oscuridad, antes de que se proyectara un video conmemorativo del coreógrafo. En el centro del escenario se colocó una ofrenda floral y su retrato. Sollozos y aplausos despidieron a Ignacio García Prieto, quien falleció la tarde del domingo en un accidente vial. Al final acudieron los secretarios de Cultura del Estado y de Guadalajara, Ricardo Duarte, Myriam Vachez y el padre de Ignacio, don Marcelino. Pero por sobre autoridades y discursos, cada paso, cada zapateo, cada sonrisa honraban su memoria.

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