De la mano del estadounidense Steven Spielberg, presidente del jurado, Escalante ha subido al escenario para expresar su agradecimiento y "amor" hacia el festival, y para hacer un alegato en contra de la violencia, sobre la que esperó "que nunca nos acostumbremos".
Se trata del segundo año consecutivo en el que el premio a la mejor realización recae en un mexicano, tras el ganado en la pasada edición por Carlos Reygadas, responsable de Post Tenebras Lux.
Escalante -mexicano nacido en Barcelona en 1979-, había estado en Cannes por última vez en 2010, cuando se exhibió en la Semana de la Crítica el título Revolución, un conjunto de diez cortometrajes dirigidos por otros tantos directores mexicanos sobre la Revolución (1910-1917).
Heli es su tercer largometraje y el primero que competía por la Palma de Oro, mientras que sus dos largos precedentes, Sangre y Los Bastardos, habían podido verse en la sección Una cierta mirada.
Esta última película, sobre la espiral de violencia en la que cae una familia cuya hija de 12 años se enamora de un cadete de policía implicado en un caso de desvío de droga, había conmocionado a la prensa en su proyección, por la violencia explícita de lo mostrado y la dureza del relato.
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