El mariachi, apuntes históricos, por Joaquín Almuzara

Es curioso y no común que alguien edite un libro en Catalunya sobre los mariachis. Ahora que se acerca Sant Jordi, les queremos proponer precisamente el libro "Con música de mariachis", que ha publicado el escritor Joaquín de Almuzara.
Él mismo nos comenta: "Toda mi vida he sido un fan irreductible de la canción mexicana, especialmente de aquellos magníficos autores y cantantes que surgieron durante la época dorada de este genero; allá por los años 40 y 50 del siglo pasado. Este libro es, por tanto, un pequeño homenaje que le dedico a esta música que tanto me gusta". El libro se puede comprar a través de Amazon y tambien en Bukok. El siguiente artículo nos lo envía el Sr. Almuzara

En la primera mitad del siglo XVI, los indios Coca, que residían en una zona montañosa del Estado de Jalisco, en un lugar llamado Cocollan, tuvieron que bajar al llano al quedar destruido su poblado por una fuerte tromba de agua. Allí, fundaron una ciudad, cercana a Guadalajara, conocida con el nombre de Cocula. En Cocula comenzaron a formarse grupos musicales que actuaban principalmente en celebraciones religiosas. Los instrumentos que utilizaban eran muy primitivos como el teponaztli, especie de tambor en forma de H, ahuecado por debajo a modo de cámara de resonancia, o el huéhuetl, otra modalidad de tambor. 
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Estos grupos, con el tiempo, fueron evolucionando, mediante la incorporación de nuevos instrumentos, tales como el violín, la vihuela, la guitarra y el guitarrón, ( más tarde se incorporaría también la trompeta), hasta transformarse en los conjuntos musicales que hoy conocemos con el nombre de mariachis. El mariachi más antiguo de que se tiene noticia parece ser que fue el que formó en 1880 un músico y compositor llamado José García, de Cocula. Aprovecho para salir al paso en relación con creencias erróneas acerca del origen de la palabra mariachi. 

La más conocida es aquella en la que se asegura que este vocablo tiene su origen en los tiempos en que México fue ocupado por las tropas francesas de Maximiliano I, al ser designado éste su emperador, desde 1864 hasta 1867, en que fue destronado. Según esta versión, los franceses, cuando celebraba una boda, ( mariage, en francés), contrataban músicos para amenizarla a los que por actuar en esta clase de celebraciones, comenzaron a llamarles mariages, palabra que evolucionó hasta convertirse en mariache, o mariachi. Sin embargo, algunos historiadores que se han ocupado del tema desmienten el origen francés del vocablo: Rafael Méndez Moreno, que en una investigación llevada a cabo en 1961, relaciona esta expresión con la lengua indígena coca. Asimismo, en 1982, Hermes Rafael, en un trabajo realizado sobre esta cuestión, confirma, asimismo, el origen coca de la palabra. 

Por último, Ricardo Espinosa, manifiesta que, según un documento encontrado en Cocula en 1695, la palabra mariachi proviene de la frase en lengua Nahuatl María ce son, dirigida a la Virgen María, que significa María te amo. El primer mariachi que hizo su aparición en la Ciudad de México fue el de Justo Villa, que en Septiembre de 1905 fue contratado para tocar en la onomástica del Presidente de la República, el general Porfirio Díaz. Existía en Guadalajara un establecimiento de tienda-cantina, cuyo propietario Juan Indalecio Hernández Ibarra decidió abrir en la ciudad de México un negocio similar. Corría el año 1923 cuando Juan Indalecio inauguró dicha empresa en la capital, en un local situado en la calle Honduras esquina con la plaza Garibaldi, al que puso el nombre de Tenampa. 

En él ofrecía a sus clientes los platos típicos de la gastronomía jaliciense. También, ofrecía actuaciones de los mariachis típicos de su tierra. En cuanto al atuendo, los primeros mariachis vestían ropas muy pobres, de campesinos. Esto era un inconveniente que les impedía realizar actuaciones en actos y festejos de cierta categoría. Este inconveniente fue solucionado en 1933, por el entonces presidente, el general Abelardo Rodriguez, quien con motivo de una presentación que había solicitado al mariachi coculense de José Reyes, exigió que los componentes del grupo fuesen ataviados con traje de charro, costumbre que ha permanecido vigente hasta el momento. Fue, también, a partir de finales de los años 30, y en las décadas posteriores de los 40 y 50, cuando aparecieron los grandes solistas de la canción mexicana: Tito Guizar, Jorge Negrete, Pedro Infante, Miguel Aceves Mejía, Lola Beltrán, Pedro Vargas, Javier Solís y otros; también, en esta época, surgieron muchos de los grandes compositores del genero, como José Alfredo Jiménez, Cuco Sánchez o Rubén Fuentes. En 2011 la Unesco declaró a los mariachis Patrimonio Cultural de la Humanidad.