El Presidente Felipe Calderón plantó cara al Rey Juan Carlos I de España respecto al maltrato de que han sido víctimas unos 400 mexicanos en aeropuertos españoles en el último año.
De acuerdo con un comunicado de la Presidencia de la República, Calderón y el Rey se vieron los rostros durante el almuerzo en que ambos participaron, en el marco de la IV Cumbre de la Alianza del Pacífico, celebrada hoy aquí en el observatorio de Paranal, ubicado a 146 kilómetros al sur de Antofagasta y a 2635 metros de altitud, en uno de los desiertos más secos del planeta y en donde todos los días del año no hay una sola nube.
"En el marco de la relación amistosa que han consolidado ambos países, el Presidente Calderón externó su preocupación respecto de las medidas migratorias instrumentadas por España y que han impactado a turistas mexicanos que tienen interés de visitar ese país.
Al respecto, comentaron la importancia de encontrar a la brevedad una alternativa a la situación que enfrentan los mexicanos que viajan a Madrid", dice el comunicado de seis párrafos emitido esta noche aquí.
Datos proporcionados por fuentes de la Secretaría de Relaciones Exteriores, en el último año 300 turistas mexicanos fueron retenidos y regresados al país sólo desde el aeropuerto de Barajas, en Madrid, a los que se suma un centenar de casos en la terminal aérea de El Prat, en Barcelona.
El gobierno de México expresó el viernes su molestia ante España por el "preocupante incremento en el número de casos de visitantes mexicanos rechazados, retenidos y repatriados a nuestro país, después de su llegada a los aeropuertos de Madrid y Barcelona, al alegarse que no cumplen ciertos requisitos administrativos establecidos" por las autoridades.
Al fijar su postura sobre el tema, la Cancillería sostuvo que este hecho "claramente no refleja los excelentes niveles de amistad y cooperación que existen entre México y España" y demandó al gobierno que de manera urgente ofrezca una solución viable para evitar retenciones injustificadas de ciudadanos mexicanos en sus aeropuertos.
Ana Patricia Goenaga, una mexicana de 51 años, viajó a España para visitar a su hija Marcela, quien fue operada de urgencia de apendicitis.
Al llegar al aeropuerto de Madrid, como no tenía Carta Invitación y boleto de regreso, fue llevada a la Sala de Inadmitidos, donde permaneció 22 horas encerrada, sin sus medicinas ni sus pertenencias. Además, policías fuertemente armados la trataron con brusquedad y la grabaron con cámaras de televisión.
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