
Según Rogelio Ambrosi, el nuevo director general de Merck en España, el grupo ha decidido cerrar su planta de antibióticos de México y trasladar buena parte de la producción a Barcelona, lo que permitirá elevar en un 20% la capacidad de fabricación de este tipo de productos. “La fábrica de Barcelona es muy nueva y competitiva”, señala Ambrosi.
En las instalaciones trabajan alrededor de 500 empleados, mientras que Merck da trabajo a otras 100 personas en su planta biotecnológica de Tres Cantos (Madrid).
“No veo que vaya a haber problemas con la planta madrileña a corto o medio plazo, pero es cierto que está expuesta a mucha competencia de otros centros del grupo”, comenta Ambrosi.
Merck presentó hace pocas semanas un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para despedir a 230 trabajadores en España, la mayoría vinculados a la red de ventas de la farmacéutica. “Las medidas de ahorro del Gobierno han tenido un impacto directo en nuestra cuenta de resultados y tenemos que adaptar la estructura”, argumenta el director general de Merck en España.
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