“Ustedes que hacen aquí, si no son catalanes”, espetó un exaltado a los miembros del stand que la Asociación Cultural Mexicano Catalana (Mexcat) montó en la tradicional Mostra d'Entitats del Passeig Lluís Companys, con motivo del Día de Catalunya.
Por los alrededores, el nacionalismo más reivindicativo emanaba desde cada uno de los stands de la feria, a través de los folletos, pancartas, banderas y las megafonías que expulsaban arengas independentistas. “Yo si soy catalán”, respondió alguien detrás de la mesa y el visitante no tuvo más que recular. “Buscamos la integración y por eso hemos venido aquí”, señaló Lola Zavala, una de las portavoces de Mexcat, organización integrada por mexicanos y catalanes. La única asociación latina (digámoslo así) presente en la feria lo hizo por lógica institucional y porque representaba también una oportunidad para difundir las actividades organizadas en Barcelona con motivo de las fiestas patrias de México.
Detrás de los alebrijes dispuestos, Zavala añadió que la asociación no busca hacer un gueto mexicano, sino mostrar la cultura del país. “La integración siempre enriquece”, manifestó, mientras a su lado descansaban Panchito y Lupita, los capgrossos (cabezudos) de estilo mexicano bautizados en la última festa d'entitats del barrio de Sants.
Y para más señas, hizo mención al concierto de rancheras cantadas en catalán programado en el Casinet d’Hostafrancs, como parte de las actividades de “Barcelona Vive México 2011”, el nombre que este año tienen las fiestas nacionales del país de Cantinflas.
NO TINC PROBLEMA
Muy seriecito y con ojos de adulto Ángel caminaba por la Feria del Libro en Catalán (abierta en el Parc de la Ciutadella hasta el 18 de septiembre) de la mano de su padre, el ecuatoriano Manuel Ordoñez. Buscaba comics. ¿Y los entiendes Ángel? “No tinc problema”, respondió seguro.
Es el ejemplo que los defensores del modelo de inmersión lingüística enarbolan. Nacido en Barcelona, aprendió el catalán en la escuela y ahora el niño se mueve con soltura entre los dos idiomas. “El catalán ya es su lengua y tiene que cogerle cariño y dominarla”, explicó su padre.
Manuel destacó que el catalán no sólo es una lengua, sino “también una cultura y una historia”. “Para muchos de nosotros es una tierra de acogida y eso no se puede olvidar”, añadió.
Luciene Carvalho, monitoria de origen brasileño, cuidaba en la feria del Passeig Lluís Companys a un grupo de niños de un espai infantil de Les Planes, entre los que se veía el ‘nou catalán’ de origen boliviano Sergi Roca. “Me pareció una buena idea traerlos aquí hoy, en esta fecha, para que conozcan un poco más la cultura catalana”, justificó Carvalho.
Defensora del aprendizaje de la lengua catalana para una mejor integración (“estamos en este país y aquí se habla catalán”), sus dos hijos adolescentes también dominan la lengua de Pompeu Fabra.
Y frente al monumento de Rafael Casanova, un grupo de jóvenes inmigrantes pertenecientes a los Nous Catalans Joves, de Convergencia, se acercaron también a depositar una ofrenda floral, rito tradicional de estas fechas. Algunos de ellos, sujetando las banderas esteladas, asistieron luego al acto institucional del Parc de la Ciutadella. Ahí donde Màrius Serra declamó: “Català, a l'atac” (Catalán, al ataque).
No fueron mayoría, pero se dejaron ver. Los catalanes ‘de origen latino’ también se sumaron a los festejos por la Diada de Catalunya, interesados en conocer más su tierra de acogida. Y en saber porqué se habla aquí tanto de una 'nación catalana'.
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