Jordi Savall, Montserrat Figueras y los conjuntos musicales La Capella Reial de Catalunya, Hespèrion XXI y los músicos invitados de la formación mexicana Tembembe Ensamble ofrecieron ayer lunes en Barcelona un diálogo musical entre la antigua Iberia, el barroco mexicano y las antiguas tradiciones vivas.
El concierto, que se presentó con el nombre Folías Criollas. Las rutas del Nuevo Mundo, se celebró en el anfiteatro Grec y en él se repasaron las tradiciones musicales vivas huasteca, llanera y jarocha.
Savall dirigió a los protagonistas de un proyecto musical que es la continuación natural de su anterior trabajo, "Villancicos y Danzas Criollas: de la Iberia antigua al Nuevo Mundo", con una nueva selección basada en los sones y las folías criollas.
Este trabajo constituye una apuesta por la recuperación y la difusión de la memoria de las músicas supervivientes del proceso de conquista, conservadas vivas desde tiempos antiguos, especialmente en las zonas más aisladas de los grandes núcleos de población. Los sones y folías criollas del Nuevo Mundo constituyen un diálogo entre estas músicas "supervivientes" en las tradiciones de Los Llanos, La Huasteca, los repertorios populares anónimos y mestizos influidos por las culturas náhuatl, quechua y africana con las músicas históricas conservadas en los manuscritos e impresos de la época de la Vieja y Nueva España renacentistas y barrocas.
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