
Brüggemann (Ciudad de México, 1975) apunta a la naturaleza inestable de la información de hoy en día, una información que se comunica pero cuyo contenido no se puede verificar. El mensaje grabado en la superficie reflectante propone un contenido sin sentido (‘basura’) a la vez que el espejo se convierte en sintomático del narcisismo hiper-capitalista en el que la imagen del espectador y el acto de consumo son completamente fusionados. La crítica aleccionadora de Brüggemann parece estar dirigida a la sociedad del consumo que promueve la inserción de nuestra propia imagen –nuestra presencia única y singular- para consolarnos en la comprensión que la información y los bienes que recibimos son directamente inútiles.
La instalación ‘Trash’ de Stefan Brüggemann en la Fundación Gaspar de Barcelona, se mostrará hasta el 5 de enero de 2017.
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