El cónsul de México en Barcelona, Fidel Herrera, envió su renuncia como Cónsul este domingo al Canciller mexicano, después de un año y cuatro meses de su misión en Barcelona. Fidel Herrera, según ha anunciado, va a México por motivos personales, y para defenderse de acusaciones políticas vertidas sobre él por la actual administración, defensa que no podía ejercer siendo cónsul en Barcelona.
Desde su llegada a la ciudad, el Cónsul Herrera se interesó por las actividades de la comunidad mexicana. No sólo en Catalunya, donde visitó decenas de localidades, y estuvo presente en multitud de eventos realizados por instituciones públicas, asociaciones y colectivas, dando apoyo administrativo desde el Consulado, sino también en todas las comunidades autónomas bajo la jurisdicción del Consulado. En algunas de ellas, nunca antes un Cónsul de México se había desplazado. Durante su mandato también se intensificaron las relaciones con Andorra.
También fue uno de sus objetivos la apertura del edificio consular para la realización de eventos de la comunidad, tanto artísticos, dando la posibilidad a numerosos creadores de poder presentar sus piezas en los salones, como para poder realizar actividades comunitarias en los jardines. Ejemplo de ello son la exposición de Pedro Trueba, de José Montes, de Mayra Lagunes, de Max Sanz, el altar de difuntos con Fausto Espejel, las Posadas y otras actividades de cultura popular, etc. En algunas de estas actividades MEXCAT fue invitada a colaborar.
Uno de los principales eventos culturales de su mandato ha sido la celebración del Centenario de Salvador Moreno Manzano, mismo para el que también se implicaron, además de colectivos culturales, sociales, empresariales e instituciones públicas de México y Catalunya. También apoyó la creación de asociaciones empresariales como la agrupación Gastrocultura, dedicada a la promoción de la gastronomía mexicana. En este año se llegó a la significativa cifra de 120 restaurantes mexicanos en Barcelona y alrededores
Su intervención en el ámbito empresarial también fue decisiva para la ampliación de las relaciones económicas y la eliminación de tiempos burocráticos para las inversiones a ambos lados del Atlántico, promoviendo la presencia económica de México en ferias de muestras internacionales en Barcelona, o intercambiando experiencias tales como las zonas francas y las relaciones entre los Puertos de Barcelona y Veracruz.
En el ámbito político, su paso por Barcelona se recordará por un acercamiento e intercambio de opiniones con todas las formaciones políticas e ideologías que hay en Catalunya, para dar el parte necesario a la cancillería mexicana en un momento tan delicado para la política española y catalana, desde una posición diplomática correctamente neutra y equidistante.
Desde MEXCAT queremos mostrar el reconocimiento por su tarea en Barcelona y Catalunya, que es la que hemos observado durante este año y medio.
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