miércoles, 1 de mayo de 2013

Entrevistamos a Sergio González, periodista mexicano

Casa América anunció la entrega del Premio 2013 a la Libertad de Expresión al periodista mexicano Sergio González, con quien conversamos acerca de este importante galardón y su trayectoria.
- ¿Qué sintió en el momento que le comunicaron el resultado de este premio? 
Mi primera reacción fue de incredulidad, la segunda de sorpresa, la tercera de una alegría bipolar: recibir un premio tan importante implica un honor y una responsabi
lidad.
- ¿Porqué cree que le han dado el reconocimiento? 
Es difícil responder a una pregunta que corresponde a quienes me premiaron, pero quiero pensar que en Catalunya tengo más lectores atentos de mis libros y artículos de los que suponía.
- Ha explicado que dedica el premio a los periodistas mexicanos. Últimamente el riesgo de ser periodista en México es un tema debatido y cada vez más conocido en ámbito internacional. 
Mis compañeros periodistas asesinados o desaparecidos en el ejercicio de su trabajo merecen que se les rememore siempre. México es un lugar muy peligroso para el periodismo de investigación, sobre todo, el que atañe a la corrupción y el crimen organizado. Los organismos mundiales de la prensa reconocen este problema, por desgracia.
 - ¿Considera que en México hay poca libertad de expresión? - ¿Cree que la sociedad mexicana está bien informada, o más bien desinformada? 
En México hay libertad de expresión acosada por tres amenazas: la ineptitud y corrupción de autoridades que son incapaces de detener la impunidad del 99 por ciento de todos los delitos en la República mexicana; la barbarie del crimen organizado y, por último; el poder económico de los grandes medios de comunicación de cariz monopolista que, en connivencia con el poder político, pretenden des-informar y manipular a la sociedad.
- Desde que Ud empezó a ser periodista hasta hoy, ha cambiado mucho el sector. Sin embargo, la evolución en unos aspectos no ha supuesto una mejora de la profesión, o si? 
Los grandes medios de comunicación, es decir, los de tipo electrónico y de mayor alcance y penetración, apuestan a la desinformación cotidianamente en México: son adictos a la versión oficial. Las excepciones vienen de algunas voces y medios independientes.
-¿Qué balance hace de todos estos años de periodismo mexicano? 
Todas las instituciones del país se han degradado en México, no existe una democracia real ni funcional, sino una de orden sólo formal, no existe un estado de derecho ni un "imperio de la ley". Los periodistas hemos resentido esta degradación de un modo agudo: carecemos de garantías para la realización de nuestro trabajo. Días atrás, en Guadalajara, Jalisco, el periódico Mural del Grupo Reforma, del que soy columnista y Consejero Editorial desde 1993, sufrió un atentado del crimen organizado, como antes otras oficinas periodísticas del mismo Grupo en Monterrey, Nuevo León. 
- ¿Qué le mueve para seguir al pie del cañón? 
Paradójicamente, persistir en la tarea cotidiana del periodismo es lo único que nos protege: el diálogo de todos los días con los lectores
- ¿Algún reportaje en mente que hace tiempo que lleva encallado y que quiere publicar? 
Más que estar encallado, trabajo poco a poco en la investigación de un caso que tiene muchos puntos oscuros: el decomiso de 205 millones de dólares a un empresario chino en México en la primavera de 2007. Las autoridades presumieron, sin demostrarlo hasta el momento, que el dinero era de procedencia ilícita. Hay un mar de fondo en dicho caso.
- ¿Cuál es su vinculación con Catalunya y Barcelona? 
Mi vinculación con Barcelona y Casa Amèrica Catalunya es profesional y afectiva: por ejemplo, el legendario editor Jorge Herralde me ha publicado libros que tuvieron gran fortuna (Huesos en el desierto y El hombre sin cabeza). Y Casa Amèrica Cataunya me ha recibido varias veces para impartir conferencias y presentar mis libros. Me siento en casa allí. Una relación que tiene ya más de diez años de ser cultivada. En el ámbito trans-mediático, mantengo un blog en la estupenda página web www.fronterad.es. Me alienta saber que muchos de mis lectores son catalanes

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