“El que fa la qualitat d'un cant no és només la bellesa del timbre, el talent natural o la tècnica; és també el què hom porta dins: vivències, creences, entorn cultural, social, familiar, afectiu... Tots aquests elements influeixen en el que caracteritza l'art d'un intèrpret. Considero que el cant és un reflex de la seva personalitat, el seu caràcter, els seus sentiments, els seus problemes existencials; per la seva veu es pot distingir si en aquell moment està vivint, patint, gaudint o descobrint, en la seva vida.”
Aquesta és una de les reflexions del prestigiós tenor mexicà Ramón Vargas (Mèxic DF, 1960), que aquest divendres ha ofert un recital, que conté algunes de les àries més populars del repertori operístic, a l'església del Carme, en el marc del Festival Internacional de Música Castell de Peralada.
Aunque lleva más de dos décadas de carrera triunfando entre el Met, la Ópera de Viena, Zúrich o La Scala, el cantante mexicano Ramón Vargas solo se había presentado en el Liceu barcelonés en un recital hace ya 10 años; por fin esta temporada se le pudo ver en una ópera escenificada: fue en “La Bohème”, en una actuación premiada con una excelente acogida de público y crítica.
Este jueves ha debutado en el Festival Castell de Peralada, un evento que tiene debilidad por la cuerda tenoril y por el que han pasado los más reconocidos representantes de esta tesitura, de Domingo y Carreras a Flórez y Albelo. Gracias a un timbre luminoso, a una voz teñida de terciopelo y a una tesitura más que generosa, Vargas hace tiempo que ha conquistado un lugar de honor en el panorama lírico internacional.
Sus apariciones en los teatros más importantes del mundo en títulos como “Rigoletto”, “La Traviata”, “Lucia di Lammermoor” o “Don Carlo” lo han consagrado como una de las voces más importantes de las últimas décadas.
En esta etapa dorada de su trayectoria incluso se da el lujo de experimentar con personajes más dramáticos, como puede es el Manrico de “Il Trovatore”.
En Peralada ha ofrecido un recital íntimo, una ocasión única para disfrutar de una voz como la suya en la que el fraseo elegante y la dicción pluscuamperfecta se mezclan en un discurso que tendrá la complicidad necesaria en el arte de Mzia Bachtouridze al piano, en un programa en el que combinarán arias de ópera y canciones. Obras de Mozart del “Così fan tutte” y del “Don Giovanni” se combinarán con otras de Donizetti, con populares canciones napolitanas, rossinianas y verdianas. Una cita ideal para una noche de verano.
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