miércoles, 18 de enero de 2012

Las fotografías de Héctor Mediavilla sobre México, en Casa América

Penélope esperó 20 años el regreso de su esposo, Ulises, a la isla de Ítaca. Ella fue la auténtica heroína de La odisea, como lo son las miles de mujeres mexicanas que aguardan el retorno de los hombres que emigraron a EEUU mientras ellas crían a sus hijos y sobreviven a duras penas. De ellas habla la exposición Penélopes, del fotógrafo barcelonés Héctor Mediavilla. De ellas y de su abandono, sus vivencias y su lucha por salir adelante como madres solas en una sociedad que aún menosprecia sus derechos.
Durante dos años, Mediavilla retrató la mirada de la migración para muchas mexicanas: la de la eterna espera del marido que partió para progresar y casi nunca volvió. El mito griego de Penélope se encarna en estas mujeres que han de bregar con el trabajo, la casa y la esperanza de dar un futuro mejor a sus hijos. La muestra -integrada por 40 imágenes y cuatro pantallas de vídeo con testimonios de sus protagonistas- se inauguró ayer en Casa América (19.30 h) con un debate en el que intervinieron Leticia Cruz, Imma Boj y Esther Morales, hermana del presidente de Bolivia, Evo Morales.
No hay estadísticas de cuántas mujeres mexicanas están en esa situación de espera. Podrían ser medio millón. O un millón. Cada año, más de 800.000 varones mexicanos emigran de su país, la mayoría a EEUU. Son los norteños. El 60% no regresa. Otros sí vuelven, pero solo por Navidad para ver a la familia y hacer crecer la prole. Penélopes da la voz a esas mujeres, «a todas las mujeres del mundo -dice Mediavilla- que esperan a sus parejas que fueron a buscar un futuro mejor en el norte».

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