A partir de las 8 de la tarde los Castellers han empezado a cagar el Tió, tradición catalana que consiste en dar de palos un tronco cantándole e invocándole para que cague regalos, tradición muy similar a la de las piñatas, que da regalos de la misma forma, aunque menos escatológica, después de molerla a bastonazos. Después del Tió, ha tenido lugar la pedida de posada, en la que un conjunto de unas cincuenta personas de cada lado pedía posada con velitas y con un nacimiento desde el patio de los Castellers, mientras que el resto respondía con exactitud las estrofas.
Como colofón, un delicioso ponche calentito de manos de Eli Vázquez que a puesto el punto final a una posada mexicana y catalana, encuentro de culturas y de tradiciones navideñas.
Agraïm la dedicació i coordinació de l'activitat de Malinalli García, Karina Alvarado i Luis Felipe Casti, i el suport de tots els col·laboradors i amics que ens han acompanyat.
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