Tres series de círculos luminosos, con las diferentes gradaciones de luz de los LED, iluminan la noche barcelonesa desde el escaparate del Espai Cultural Caja Madrid en la plaza de Catalunya. La hipnótica instalación del artista mexicano Erick Meyenberg es el plato fuerte de la exposición Nos hicimos la ilusión de avanzar directamente, que reúne las obras de nueve jóvenes artistas de diferentes países, seleccionados por Sarah Demeuse y Ruth Estévez, cuyo común denominador es la voluntad de actualizar elementos del pasado a través de estrategias irónicas, críticas y poéticas.
En el caso de Meyenberg se trata de proponer ideologías y teorías de antaño a través de la construcción de objetos multimedia contemporáneos, que asumen formatos distintos según el lugar, como la instalación Estudio taxonómico-comparativo entre las castas del Reino de la Nueva España y las del México actual, que antes de recalar en Barcelona se presentó en Ciudad de México y Berlín. "El eje central de la pieza es un proyecto utópico de nación propuesto en 1916 por Manuel Gamio, el padre de la antropología mexicana, que pretendía llevar el mestizaje, biológico y cultural, hasta sus últimas consecuencias para borrar todo tipo de fronteras raciales y conseguir la verdadera identidad del mexicano", explica.
En su obra el artista compara científica y subjetivamente las castas del Reino de la Nueva España, durante el siglo XVI, embrión del problema racial en México, con los resultados genéticos sobre el genoma de los mexicanos, publicados por el Gobierno en 2009. "El objetivo es denunciar la marcada situación clasista y racista que aún vivimos en México. Algunos conceptos científicos, como el de raza, deberían permanecer encerrados en los cajones de la historia y, sin embargo, vuelven al presente, una y otra vez, como situaciones históricas no resueltas", indica Meyenberg.
Le acompaña Erick Beltrán -cuya obra se expuso en la galería Joan Prats-, que utiliza una estrategia de actualización similar con unas cartulinas impresas con frases icónicas que el visitante puede coger y recortar para ensamblar objetos sorprendentes. El vídeo de Mariana Castillo Deball y el relato en imágenes de Ania Soliman proponen actualizar elementos culturales del pasado a través de la ficción; Pablo Vargas lo hace mediante el anacronismo humorístico de los periódicos endurecidos y redactados con jeroglíficos mayas, e Irene Kopelman, reproduciendo en porcelana una serie de piezas fósiles, que también dibuja minuciosamente desde 24 puntos de vista. "Aunque todas las obras se apoyan en referencias del pasado, ninguno de los artistas asume una actitud recuperadora o nostálgica, pero todos coinciden en que la evolución no es una línea recta", aseguran las comisarias. Fieles a su estrategia, como memoria de la exposición no han realizado un catálogo al uso, sino un compendio de actualizaciones y reflexiones críticas de El arte de navegar por debajo del agua, escrito en 1870 por Narcis Monturiol, un texto que les permite reflexionar de forma semificticia sobre el papel de la invención, la experimentación y el avance tecnológico.
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