Este lunes Terrassa acogió la inauguración de la exposición Inspirarte que puede verse hasta finales de febrero en el centro Creativitat, del Parc dels Catalans. Alex Slucki, a quien ayer entrevistábamos para MEXCAT, es mexicano y hace dos años que vino a Terrassa a vivir, donde ha seguido conreando las artes. Esta exposición es fruto de su trabajo.
En aquesta exposició podreu trobar les seves darreres obres realitzades que sobretot tenen a veure amb la recerca d'un mon interior espiritual, la llum i la inspiració que tal com ell defineix, no és només una experiència artística sinó un fet natural, propi de la respiració
Us fem avinent algunes fotografies i un text - crònica que el mexicà ha escrit i que volem compartir amb els lectors de MEXCAT, al respecte del muntatge i inauguració de l'exposició, clicant a Más Información
En aquesta exposició podreu trobar les seves darreres obres realitzades que sobretot tenen a veure amb la recerca d'un mon interior espiritual, la llum i la inspiració que tal com ell defineix, no és només una experiència artística sinó un fet natural, propi de la respiració
Us fem avinent algunes fotografies i un text - crònica que el mexicà ha escrit i que volem compartir amb els lectors de MEXCAT, al respecte del muntatge i inauguració de l'exposició, clicant a Más Información
Es tranquila la mañana posterior a mi primera exposición. Jorge y yo comenzamos el día lentamente, deseando respirar aires de 'domingo en martes'... aprovechando esa extraña mezcla entre ir contracorriente, descansando cuando nadie lo hace y sin embargo respetando un simulacro de rutina. Creo que Jorge y yo, en este sentido, nos hemos acoplado muy bien; una combinación entre mantener el orden y romper las reglas ahí donde cada cosa resulte necesaria.
Puedo decirte que el evento fue un éxito y me siento muy satisfecho. Creativitat, el nuevo espacio alternativo para creadores, se saturó de gente durante los primeros quince minutos y dejó fuera de toda duda que la puntualidad en Europa es tomada muy en serio. Se citó a las 7:30 y para las 7:45 dimos comienzo a la música. El salón principal de la expo no es muy amplio, aunque sí hermoso; cuenta con una 'bay window' que mira directamente hacia la avenida principal de Terrassa, la 'Rambla de Egara' y atravesando el asfalto puede apreciarse un pequeño y sinuoso parque, todo ello una invitación a mirar a la gente pasar y tomarse el tiempo para un 'relax'. Es aquí donde más de 40 personas en un espacio que aloja cómodamente a no más de veinte se llenó de la música que Marc y yo llevábamos dentro y deseamos compartir en una celebración de las artes como un medio para alcanzar otros estados de consciencia y rescatar las sonoridades del alma. Desde la escalera y los pasillos, rostros familiares (también 'los desconocidos de siempre') se silenciaron a fin de conectarse con el espectáculo que no podrían ver pues simplemente no cabía más gente. Después de este intercambio de música y silencio, hubo un tráfico ininterrumpido de visitas que subían y bajaban, como en los cuadros de Escher, las tres plantas de Creativitat, a fin de apreciar todas las vistas de una museografía que llevó bastantes horas resolver adecuadamente, esto incluyendo compleja estructuras de medias esferas que colgarían del techo más alto en el centro de las escaleras.
Los niños sí te sostienen la mirada; con demasiada frecuencia los adultos muchas veces se evaden, no vaya a ser el mirar otro aspecto de la mala educación.
Después de este intercambio de música y silencio, continuamos interactuando con nuestros invitados. Sobra decir que uno debe repartirse entre tantos saludos, tantas voces, preguntas; abstraerse es casi un imposible. Sin embargo el amor es un río incalculable que fluye en direcciones opuestas y nada como su ir y venir entre nosotros para entender dónde se alberga realmente el auténtico sentido del éxito.
Lo que por costumbre se ignora, es el 'tras bambalinas' de un evento como éste. Jorge, Aldo y Sara (fundadores, directores de Creativitat y una asociación de Artistas en Terrassa), Marc y yo dedicamos casi un mes de intensa preparación de este fuego creativo, que como las llamas de un breve incendio dura demasiado poco y por lo mismo se le exige que brille mucho.
Por fortuna, esta es la sensación que tuvimos al comprobar que se respondió a la convocatoria más allá de lo esperado, cosa que se agradece muchísimo.
Fue un trabajo de locos. Jamás me había enfrentado al montaje de una exposición de manera personal. Por fortuna, de algún modo el linaje llama y la herencia familiar se hizo notar, pues recurrí en gran medida a las cosas que de mi mamá aprendí desde niño: cuando ella era dueña de una galería y yo cumplía el deber de pequeño copiloto, inventándole cantos y cuentos, de este modo amenizando nuestras largas travesías en la Gran Ciudad.
Más allá de la galería, existía también un mar de entregas. El coche se llenaba de cuadros, esculturas, obra gráfica que había que acomodar en un orden preciso (los cuadros, por ejemplo, 'cara con cara' y 'espalda
con espalda'); fui testigo de sus sabios consejos en materia de decoración y gocé de la gran oportunidad de conocer a muchos de los pintores de renombre de aquella época: Francisco Toledo, Mario Zamora, el Maestro Carlos Mérida (Guatemalteco de origen, mexicano de corazón), Leonel Maciel, Ismael Guardado, Manuel Fuentes, Byron Gálvez y qué decir, especialmente, de mi segundo padre, Luis Filcer.
Todos ellos fueron forjadores indirectos de mi carácter y maestros parciales en mi proceso de sensibilización hacia el arte. Aunque, debo confesar, la Gran Maestra para mí siempre será Remedios Varo: la alquimista de mis sueños a quien nunca conocí pero me bendijo con la fuerza de sus imágenes. Cada cuadro un mundo, Remedios dejó también grabado en mí el anhelo por la osadía de transgredir la realidad y apropiarme de ella en fundamento y esencia.
Todo este bagaje ha resurgido cuando menos lo esperaba. Uno que desea que las memorias permanezcan quietas y dormiten para permitir la vida en el presente, olvida de pronto que a veces la memoria, como oruga - mariposa, se convierte en el instinto que facilitará el lidiar con experiencias futuras sin la necesidad de aprender todo de nuevo, cada vez. Es así como uno que ahora vive fuera de su casa original, la reencuentra a miles de kilómetros; le decora a su manera si bien las reminiscencias del origen se dejan ver por todas partes y le llena de gente hermosa para dar continuidad a la historia humana, con más momentos por compartir y memorias que contar a quien más se ama.
Alex
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