El Centenario de la Revolución Mexicana se conmemoró este viernes por la tarde en un concierto organizado por el Consulado General de México en Barcelona para la comunidad mexicana y el cuerpo consular, en la bodega Waltraud que la familia Torres posee dentro del complejo de Bodegas Torres, en Pacs del Penedès.
Un aperitivo de vino blanco precedió al concierto, en las nuevas e innovadoras bodegas Torres, en medio de un espacio lleno de barricas de vino de calidad, que otorgaban un aire distinto al evento. Tal como dijo la Consul de México en Barcelona, Sra. Francisca Méndez, el motivo de este encuentro era doblemente gratificante. En primer lugar por el hecho de conmemorar la Revolución, un acontecimiento histórico que ayudó a forjar el concepto de nación mexicana. En segundo lugar el hecho que la parte fundamental del evento fuera el concierto de la gran pianista Silvia Navarrete, toda una apuesta segura por trayectoria y calidad, y también de Ana Gabriella Schwedhelm, joven soprano mexicana recién llegada a Barcelona que seguro que dará de hablar.
El concert, que fa un viatge per la música des de la Independència a la Revolució incorporava peces de solista de Silvia Navarrete, sobretot la primera part, en que destaquem les divertides Últimas Variaciones, de Elizaga, i Galop del ferrocarril, de Hahn, que obrien el programa, la delicada y embriagant Mirame mis ojos, de Morales, o l'esplèndida Marcha Zaragoza, de Ortega. Va seguir la Marxa Fúnebre de Liszt, en honor de Maximilià d'Habsburg, d'un patetisme i dolor a flor de pell, i la estupenda Ecos de México, de Ituarte, amb referències a les músiques més conegudes de Mèxic.
La segunda parte incorporó algunas piezas vocales de Jaume Nunó y de Lluis G. Jordà, cantadas por la delicada y límpida voz de Ana Gabriella Scwedhelm, a las que siguieron la Serenata Mexicana y Lejos de ti, de Manuel M. Ponce.
Como sorpresa final, ambas artistas interpretaron La Adelita y La cucaracha, ante la complicidad de un público entregado a tan genial interpretación. MEXCAT obsequió a las artistas con sendos ramilletes de muérdago, típica tradición catalana navideña que trae suerte si la regalan a uno. Así lo deseamos desde la asociación.
Una copa de vino, esta vez tinto pero con un cuerpo ligero y afrutado permitió poner el broche de oro a una noche que concluyó con los saludos de rigor y felicitaciones.
Entre el públic hi havia els amics de l'Associació de Mexicans del Vallès, mexicans afincats a Catalunya i membres del cos consular.
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